La afición de Pamplona

Uno de los pilares sobre la que se asienta la peculiaridad de la Feria del Toro es la particular idiosincrasia de su afición y la relación con los toreros.

En Pamplona hay dos públicos el del sol y el de la sombra. En el sol peñistas jóvenes y bullangueros. En la sombra, buenos aficionados serios pero sabiendo disfrutar de la alegría de la fiesta. En realidad, en esta plaza se ve con nitidez, en ocasiones con extremismo, las dos sensibilidades históricas referentes al espectáculo taurino. Por un lado, el aficionado que degusta, analiza y examina todo lo que ocurren en el ruedo, y por otro el festivo ocasional, que se divierte sin necesidad de entender, y en ocasiones, simplemente atender lo que de verdad está ocurriendo por allí. Ambos se necesitan. Unos para salvaguardar la esencia del rito y otro para celebrar la liturgia de una fiesta con un elemento integrador único el toro.

En Pamplona el éxito es épico y las broncas atronadoras. Pamplona es ruido. De la mañana a la tarde.

El torero está en el centro de toda la vorágine festiva. Y aquí nos encontramos con la dualidad brutal. O lo amas, o lo odias. Todo esto frente a un toro imponente.

Así nos encontramos con los ídolos históricos de la afición pamplonesa. Desde Antonio Ordóñez y Luis Miguel Dominguín. Pasando por Diego Puerta, El Viti y Camino. Ruiz Miguel allí fue emperador. Jesulín vivió su cima populista en aquel ruedo. Y más cercanos en el tiempo, Liria -que reaparece este año- y Padilla. El aficionado no olvida tampoco las tres orejas que José Tomás cortó una tarde con cebadasgagos. Héroes del pueblo, de corte bien diverso. Artistas y guerreros que se retroalimentaron de ese ambiente singular.

Otros ni verlo. Curro Romero dejó claro que por allí no le esperaran. El Cordobés, Manuel Benítez, , terminó la tarde dando pases con una almohadilla entre una bronca mayúscula limpiándose el polvo de las zapatillas. La lista de exiliados voluntarios es amplia. Morante , Manzanares , Joselito.
Así en ocasiones el criterio en el juicio sobre los toreros puede bailar de una tarde a otra, o incluso en la misma tarde. Es de sobra conocido lo difícil que en Pamplona es triunfar en el cuarto toro. Momento de merienda. De viandas y sangrías. De público incluso girado del propio acontecimiento. En ocasiones se pueden perder lo mejor de cada tarde en el trance del tradicional avituallamiento.

el aforo actual de la Plaza de Toros de Pamplona es de 19.721 espectadores.
La plaza de Pamplona está llena de contrastes. Ver una corrida de toros en ella nada tiene que ver con lo existente en cualquier otra plaza. Ruido , dos zonas Sol con un desmadre festero  y ruidoso , parece que no presta interés o respeto a lo que sucede en el ruedo , Sombra afición entendida y seria que disfruta y respeta todo lo que ocurre durante la lidia.

Se suceden canticos se come se bebe , puede parecer un festejo de pueblo , pero no es así. Esta gente disfruta de la «Feria del Toro» , por la mañana se juegan la vida en los encierros y saben disfrutar y comprender las emociones y el valor de los toreros que se arriman al toro.

En Pamplona tenemos garantizado el trapio , el multiencaste y el respeto al toro integro.

Esta afición es capaz de pasar de estar cantando la canción del verano a entusiasmarse por una faena de valor.

Los toreros son respetados y tratados como los valientes de los valientes.

Los toreros aceptan y respetan la feria del TORO.

«Los esforzados diestros tratarán mal que bien de rebasar el listón del riesgo vivido e impuesto por muchos espectadores horas o años antes en “su” encierro. La Plaza de Pamplona a veces es verdad pasa bullangueramente de los afamados diestros cuando están allí y poco másSin embargo , no existe anfiteatro, ni plaza de toros ni Cristo que lo fundó que se entregue con tanto clamor a aquellos toreros que en tardes afortunadas han sabido engrandecer , exaltar , sublimar , con esa maravillosa pirueta que es el toreo auténtico, el espíritu de un pueblo, que por pura broma se juega la vida ante las guadañas de un toro porque sí y además con gusto.»

Huberto Apaolaza Tauromanías

Los actores

Alguacilillos

Abren la tarde con un vuelta al ruedo galopando a toda velocidad en sentido inverso , el publico cuando parece que van a chocar grita Uiiiiiiii y protesta.

Al final, la clave es manejar bien el hierro, “el volante” que cruza la dentadura de los caballos y que en última instancia impide que en la reconocidísima vuelta al ruedo con la que se abre el festejo los dos alguacilillos se choquen. “Nos hace mucha gracia ese uuuuuhque se despierta en la grada cuando vamos a cruzarnos. Habrá sitios más taurinos, pero Pamplona es una plaza para el disfrute”, señala, para apostillar, además, que no recuerda haber chocado nunca contra el otro alguacilillo.

Visten un traje de tela estilo roncalés,  paño blanco de encaje y sombrero negro con las alas chapadas con una pluma blanca

Clarines y Timbales

La Banda de música La Pamplonesa

La Pamplonesa

Los dos presidentes

En la Plaza de Toros es el alcalde de sol, ese personaje a medio camino entre lo serio y la sorna, que anuda el pañuelo a los toreros tras la corrida desde hace más de 40 años. Fuera, cuando se quita su frac de pantalones cortos, es solamente,Damián Sánchez Martínez nació en Murcia hace 71 años afincado en Barcelona. Casado, con un hijo, lleva más de 40 años viniendo a San Fermín.

Se manifiesta cuando el otro Presidente (el oficial) ha concedido algún trofeo al matador. Damián, con el traje traje oficial del Presidente de Sol frac con pantalones cortos calcetines ejecutivo, complementado con la correspondiente chistera y con una faja roja a modo de banda.
El Presidente desciende parsimoniosamente al callejón. Los empleados de la plaza reconocen su autoridad y respetuosamente le abren la barrera para que salga al ruedo y cumplimente al matador. El Presidente saluda al torero descubriéndose chistera en mano , le coloca un pañuelo rojo y le abraza entre los aplausos del público. Después de tantos años los toreros saben que este homenaje forma parte esencial del protocolo sanferminero y que en su vuelta al ruedo deben hacer un alto obligado a la altura del tendido

El Marcador

Marcador-Plaza Pamplona

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