MANUEL AMADOR – Torero

En cuanto al sentimiento profesional de las pasadas temporadas ha sido de una gran tristeza con el silencio prácticamente de una temporada, algo surrealista lo mas parecido a una película de ficción, pero nada más lejos de la realidad. Una gran incertidumbre constante a la hora de la programación de los festejos al mismo tiempo que un desconocimiento de lo que venía sucediendo.
Medidas sanitarias tomadas en cada paso para poderlo llevar a cabo y al mismo tiempo ser un ejemplo respecto a la organización, ya que los ojos del mundo exterior estaban puestos en los espectáculos taurinos, una montaña rusa, responsabilidad y una trasformación en el sector en cuanto a estas medidas antes nunca vista.
Al mismo tiempo, me creó unas ganas de luchar para poder llevar a cabo en medida de la situación para que varias localidades no se quedaran sin toros y poder acudir a los festejos de forma segura colaborando a su vez con el sectortremendamente tocado económicamente y moralmente.
Un aspecto de la tauromaquia que a mi juicio se ha visto transformada tras este periodo ha sido la vuelta de las plazas de toros de los pueblos sirviendo como refugio de las grandes ferias, algo positivo para la tauromaquia la vuelta a la reactivación de localidades mas pequeñas cosa que nunca se tuvieron que dejar a un lado ya que es parte de la esencia de toreo.
Una idea para la mejora de la tauromaquia: La importancia de enseñar y explicar a nuevas generaciones la tauromaquia, ellos serán el futuro publico, el futuro aficionado, futuro abonado y hasta algún futuro matador de toros.
Un recuerdo bonito de la pasada temporada fue en la feria de Albacete cuando un abonado me comentó que su padre debido a la situación sanitaria prácticamente no salía de su casa, pero al ver anunciado 8 tardes de toros en el mes de septiembre le comentó que ir a los toros era su única motivación, finalizados los festejos pude tener la ocasión de saludarlo y me trasmitió su emoción de haber podido asistir.
CARLOS ARAGÓN CANCELA – Ganadero – Flor de Jara

Ha sido una etapa diferente, rara, con muchos menos festejos, un año 2020 apenas sin actividad y un 2021 que no ha llegado ser una temporada normal y con formatos nuevos y que si han servido y sumado a la tauromaquia en estos momentos complicados.
Nuevos formatos en el toreo como los circuitos de novilladas, copa chenel etc. Que han dado un enfoque de rivalidad ganadera y de toreros muy necesarias, han puesto en valor algunos jóvenes toreros y fundamentalmente ha servido a muchas ganaderías para lidiar y continuar con su actividad y a muchos toreros y novilleros a seguir toreando y creciendo profesionalmente.
Creo que lo principal para que la tauromaquia tenga futuro es la unión de todos para su viabilidad. Intentar cambiar muchas cosas que no funcionan para poder hacer una fiesta viable y plural. Dejar atrás los intereses personales y mirar únicamente por el bien de la fiesta.
Isaac Fonseca, novillero mexicano, máximo triunfador de la temporada 2021 en España. Aún está en sus comienzos y ya está sembrando por el futuro en su país, ayudando y siendo el principal impulsor de la Escuela de Tauromaquia Michoacán para ayudar a nuevos valores de la tauromaquia mexicana. Ha apadrinado un proyecto de becerradas para esos jóvenes promesas. Creo que es un hecho a destacar, que en estos momentos tan difíciles todavía queden jóvenes con valores que quieren dejar una tauromaquia mejor desde el comienzo de su carrera y con sus pocos recursos y posibilidades.
JOAQUÍN ARJONA – Fotógrafo

Me ha sorprendido gratamente la cantidad de jóvenes que se acercan a los toros por su cuenta, en pandilla y llenan antes y después del festejo, los aledaños de las Ventas, bares y terrazas , con la ilusionante alegría de lajuventud que está descubriendo un mundo
nuevo.A los jóvenes, basta que se les quiera prohibir algo, para que muestren más interés. Son torpes los antitaurinos en ese sentido. Habría que aprovechar esta circunstancia, para llenar las plazas de noveles aficionados y aficionadas. Fichar especialistas en las redes sociales, influencers, YouTubers, etc. que tanto gustan a la juventud de hoy en día.
La prensa tradicional nos tiene postergados y la prensa especializada, la de toda la vida, es prácticamente testimonial, habiendo desaparecido las más importantes cabeceras taurinas.Vincular tauromaquia y cultura más aún, si es posible.
Todos tenemos nuestro concepto de lo queentendemos por “arte” y los toros, para unos lo es y para otros es barbarie. Pero de lo queno cabe duda es de la estrecha vinculaciónentre la cultura y la tauromaquia. Nadiepuede dudar de ello.Intensificar todo loque relacione tauromaquia y cultura esfundamental. Al menos es lo que yo intento al mostrar imágenes de nuestro archivo de personajes relevantes del deporte, política, ciencia, literatura, cine, música y artes plásticas, disfrutando en los toros.
Es la mejor manera de combatir a los que solo ven crueldad. Más exposiciones y actos culturales; sacarlos a menudo de la Plaza de Toros y más promoción para que no pasen desapercibidos. Un poquito más de marketing con un buen equipo de profesionales estaría fetén! Me imagino la respuesta …los €!!. Uno que es amante de los animales, cuando aterrizó en el mundo de los toro -hace más de 40 años- tenía serias dudas sobre por que bando me decantaría, si en el de los pro o en el de los antitaurinos.A pesar de mi pasión por la fotografía taurina, esta dicotomía (y ya han pasado unos cuantos años) nunca me la había podido sacar de mis pensamientos, ni aun viendo morir a miles de toros en la plaza. Pero miren ustedes, lo que son las cosas de la vida, ante la trabas que ponen en las Ventas para hacer el trabajo fotográfico al que estaba acostumbrado ( y que veo, día a día, en nuestro archivo taurino), me dediqué a pasearme por las bonitas plazas de toros de los pueblos de madrileñas, donde disfruté con un becerrista en un tentadero, haciendo las fotos que realmente me gustaban y con las que me crié fotográficamente.
Y una tarde de agosto sucedió :Mi costumbre es la de colocarme en el callejón donde no haya bullicio ni otros fotógrafos, y suele ser por la zona de los tendidos de sol, que en esas fechas de calor están prácticamente vacíos.
No recuerdo en que plaza me ocurrió, ni el hierro de la ganaderia. Pero un toro guapo, con bonitas hechuras, tras el tercio de banderillas, se acercó parsimonioso hacia mi posición, asomando la cabeza por la barrera y se me quedó mirando fijamente con cara de pena, como pidiéndome ayuda, como si no pudiera entender lo que le estaba pasando; él que, hasta hace unas horas, era el REY de la dehesa, el ojito derecho del ganadero, ahora le estaban haciendo sufrir. Bajé la cámara, y también me le quedé mirando tan fijamente como él a mi, como intentando explicarle que él era un animal privilegiado, que había sido mimado y criado en libertad durante 5 preciosos años y que exceptuando a los animales salvajes y algunas especies de compañía, el resto de sus congéneres, no llegaban ni a la categoría de “Bufones de la Corte”, y tenían una penosa existencia, hacinados en corrales durante su breve vida, para una vez engordados, ser sacrificados sin pena ni gloria; bueno si, para la gloria de nuestros estómagos y barrigas. He de confesar que me fui a casa entendiendo un poco más lo que supone el sacrificio de un toro bravo. Se que murió sin entenderlo, o quizás, si….

Nos vemos en marzo!
Alvaro Burdiel, hoy uno de los novilleros con picadores de más clase, cruzaba la puerta grande, el banderillero Pedro Vicente Roldán se cortaba la coleta y en los rincones con tertulias improvisadas unos y otros inquirían sobre el estado de Gonzalo Caballero y Mariano de la Viña que a esas horas luchaban por sobrevivir, el de oro en Madrid, el de plata en Zaragoza.
Sensaciones contrapuestas antes de que se cerrara la última puerta de Las Ventas. Un ritual cíclico. Era domingo 13. ¡Nos vemos en marzo! Pero ni hubo primavera con San Isidro, ni verano de oportunidades, ni siquiera otro Otoño con feria, día del Pilar y final del Camino hacía Las Ventas.
Encerrados en los chiqueros de la incertidumbre el silencio lo envolvió todo durante interminables semanas. Que lento camina el tiempo en las salas de espera.
Una de las primeras salidas fue para cami- nar por la plaza- cuando un aficionado en Madrid dice plaza esa es la de Las Ventas- y hacerlo con media cara tapada. Ojos que dejaban al descubierto miradas de nostal- gia y vacilaciones. En una pared el cartel con aquellos festejos que no pudieron celebrarse.
No, no habíamos podido vernos en marzo. Sabíamos que llegaría el día del reencuen- tro, no había dudas de donde se produciría aunque quedaba por determinar el cuándo y el cómo. Tuvo que ser una letal pandemia la que provocara en 2 de mayo el anuncio de un festival quince años después del último paseíllo con marselleses.
Jamás imaginé que fuera posible un “no hay billetes” con un cuarto de entrada. Colas virtuales, taquillas cerradas, reventa a golpe de clic. Lo había escrito Dickens: “el dolor de separarse no es nada comparado con la alegría de reencontrarse”. Y eso que el autor de “Cuento de Navidad” no vio la Monumental cercada por la nieve, con esquíes en su explanada y en la puerta grande la figura moldeada de un toro blanco que no llevaba por nombre el de “Atrevido” que inmortalizó “Antoñete” sino el poco torero de Filomena. ¿Año de nieves, años de bienes? Tampoco el refranero es infalible.
Que ciclo tan amargamente extraño. Cuan- tos no pudieron volver a la plaza, a cuantos echamos en falta, cuantos minutos de si- lencio en uno solo. A los ausentes los recor- damos al admirar el magisterio lidiador de Manuel Escribano, cuando Emilio de Justo hacía doblete en el umbral de la gloria, la apuesta de Daniel Luque en terrenos mina- dos, la tarde en que Morante puso el valor al servicio del arte y el arte al servicio del valor o en esa docena de pases al ralentí de Ginés Marín a un Alcurrucén de ensueño. No estaban ellos, parte de ese puñado de entrañables amigos y aficionados de comu- nión taurina diaria en el templo ideado por “Gallito” y levantado por José Espelius. En su lugar cientos y cientos de jóvenes dis- puestos a tomar el relevo.
Cuidémoslos porque son la consecuencia feliz de un periodo infeliz. Ellos tendrán que repetir las palabras mágicas en los epílogos de los otoños toreros:
¡Nos vemos en marzo!
JOSÉ AYMA – Fotógrafo

Entro en la multitud, mirando aquí y allá, siguiendo una sombra que se desvanece con el paso. En el último momento me echo la cámara al ojo. Disparo horizontal. No convence, giro la cámara. Ya no sé dónde está, se lo ha tragado la grada, como si nunca hubiera estado allí. Hay un bullicio silencioso. Dentro de la plaza, la expectación ansia lo que aparentemente no se ve. El ojo recorre el tendido, acotando en el visor de la cámara volúmenes divergentes. Es el juego del quita y pon. Ronda la eterna presunción de Eugène Atget, aislar objetos familiares de sus relaciones lógicas,descontextualizándolos y dándoles un nuevo carácter significante.
La terna se desea suerte. Rompe la cal y atraviesa el círculo, midiendo, el primer aire de la tarde. La comitiva les sigue, se van a la espera de lo suyo. Orean capotes en semicírculos que tienden a cerrarse, a formar círculos, largos, cortos, abiertos, ocluidos. Se mueve el polvo que, en otro tiempo, se rebozó en tapias de cuaresma a pascua, como antiséptico viejo, matador de viejas pestes. Echan las puertas. Hombre solo y toro solo, andando el círculo, buscándose, obligados a entenderse en el silencio de la furia.Tres anillos concéntricos, tres tercios, tres matadores, tres banderilleros, tres pañuelos blancos para el trofeo, tres avisos para el castigo. Se desencadena un conflicto de obsesiones atávicas, que zumba un ronroneo peligroso de vida y muerte. En la médula del círculo, el miedo tiene rostro, se le tiene que mirar de frente, sin perderle de vista.
El tendido va a su ritmo, se sueltan cosas de púlpito, sentencias muy sentidas que cogen vuelo de fe y salen sin filtro. Se escurre el vocerío en la necesidad de toro bravo, adrenalina sudada por un público que busca fiera muy fiera y valor de hombre solo.Un tipo que marca la camisa con costillar de perro galgo, suelta un desvarío que no viene a mientes y le replican “Calla faltón, ¿no ves que los toros no saben nada de política ni politicones?” Viene de antiguo este juego patrio de habilidosos deslenguados que cobijan la saña en la sombra anónima de la grada. Cuarenta Olvides pidió Voltaire para salvar España.Ahí abajo todo sigue igual, nunca fue ni será juego o deporte. Es continua búsqueda del equilibrio perfecto sobre el punto de giro, quebradero infinito de un hombre que busca su toro, su faena, su razón, su círculo perfecto en un compás ternario. Ahí abajo, el torero suelta su arte, cada tarde nuevo y huidizo. Pisa cal y arena. Sin explicación palabrera, cada pase, cala como lluvia fina en la grada.El fotógrafo entiende la entelequia del torero porque ambos, andan con el conflicto del tiempo. La medida sin medida que ajusta la obra de arte. Perseguidores de inconsistencias, infectados por esa enfermedad que da la obsesión abstracta del deseo de lo efímero. Joel Meyerowitz piensa, que siempre hay que dejar espacio, para que alguien más se meta en la imagen. En eso está el fotógrafo, en la permanente espera, de que ese alguien o algo, calibre la foto perfecta.Sometido a la cámara, sometido a la muleta, ambos en la obligación de manejarse con la realidad que tienen delante. Andar con las consecuencias de sujetar la imprecisión del tiempo y su definición. Solo importa el momento decisivo, la inconsistencia, fijar lo que se desvanece ante los ojos.Cuando todo se alinea en ese lugar imposible, la narración continua viva, fijada en la fotografía, en el corazón de la grada y en el alma del torero.
A veces, una fotografía, consigue enseñar esa verdad tan frágil y poderosa, desnudando la nobleza, valor, equilibrio y respeto, que asienta el acontecimiento de los toros.
BEATRIZ BADORREY – Profesora y Escritora

El pasado 9 de octubre de 2021, en plena Feria de Otoño de las Ventas, falleció Gonzalo Sánchez Conde más conocido como Gonzalito. Fiel a la cita madrileña, unos días antes habíamos compartido tertulia, cante y vinos en “El capote”, donde solíamos reunirnos tras el festejo.
Hasta el último momento vivió feliz: “Canto mejor que nunca”, me dijo una semana antes, y era verdad. Su voz fuerte y vigorosa
entonó unos fandangos de Huelva
recordando a su yegua castaña “la
reina del contrabando”, porque de eso también sabía. A lo largo de su vida hizo y fue de todo.
Trabajó en el campo en su Huelva natal, como cocinero en un barco de pesca, estuvo al frente de un puesto de embutido en el mercado de Barcelona y, por supuesto, intentó ser torero. No pudo triunfar en los ruedos, pero si lo hizo en los callejones como mozo de espadas y hombre de confianza de grandes toreros, especialmente de su querido Curro Romero. Entrañable, afectuoso y generoso solía decirme: “Tengo tantos amigos que no me lo merezco”. Claro que se los merecía, todos los que tenía y alguno más que se quedó en el camino. La muerte le sorprendió en su querida Madrid, aquella ciudad que le acogió con los brazos abiertos y donde fue tan feliz: “De Madrid al cielo”, afirmaba y así se cumplió. La plaza de Las Ventas guardó un emocionado minuto de silencio en su honor y todos nos sobrecogimos.
Se nos fue un hombre del toro, de esos que ya no quedan, pero sobre todo un gran amigo.
Descanse en Paz nuestro querido y admirado Gonzalito.
La pandemia mundial provocada por la COVID ha afectado a todos los órdenes sociales y la tauromaquia no podía quedar al margen.
La casi total paralización de los festejos taurinos durante un año generó una dura crisis en el sector del toro cuyos consecuencias aún no conocemos. Pero la tauromaquia ya estaba afectada por serios problemas externos e internos. La hostilidad de algunos políticos, la indiferencia o rechazo de los medios de comunicación, el creciente distanciamiento
social, los elevados costes de producción, la falta de transparencia en la gestión o los conflictos de intereses vienen provocando una seria crisis en el sector. A ello se unen otras cuestiones de fondo: ¿Cómo queremos que sea la tauromaquia del siglo XXI?, ¿Se mantiene el toreo actual fiel a su esencia?, ¿Qué modelo de espectáculo queremos?, ¿Hacia dónde vamos?. Creo que todos los aficionados deberíamos aprovechar este momento para reflexionar sobre estos aspectos.
El toreo no ha dejado de evolucionar desde su lejano e incierto origen pero siempre se ha mantenido fiel a su esencia, a aquellos aspectos invariables y permanentes que constituyen su naturaleza. En mi opinión: el rito, el valor, la técnica y el arte. Solo si se mantiene fiel a ellos continuará generando esas intensas emociones que escapan a la razón y sobrecogen el alma de los aficionados. Y solo así se justificará su presencia en el siglo XXI. Algo de esto hemos visto en la última temporada: Emilio de Justo, Juan Ortega, Morante… han conseguido aunar todos esos elementos que constituyen la esencia del toreo y nos han hecho sentir esa emoción tan difícil de explicar al no aficionado. Es tiempo, pues, de reflexión pero también de esperanza.
ALVARO BURDIEL – Torero

En este tiempo de pandemia, especialmente en el confinamiento, he tratado de profun- dizar en mi toreo y en mi concepto.
He analizado muchos vídeos y fotos de toreros que me gustan de todas las épocas y he pensado mucho sobre ellos. Además, he tratado de estar tranquilo sabiendo que la situación ha sido la misma para todos y confiando en que se recuperaría la normalidad pronto.
2021 ha sido un año importante en el que he buscado torear para mí y he disfrutado mucho todas las tardes que he tenido la suerte de vestirme de luces.
Me ha llamado mucho la atención la ilusión con la que han vuelto todos los aficionados a la plaza y la pasión con la que la mayoría del público ha vivido los festejos que se han dado en este 2021.
Una idea para mejorar la tauromaquia, creo que es muy importante fomentar las novilladas picadas.
Quiero destacar los circuitos que la fundación toro de lidia ha creado. Una idea para fomentar dichas novilladas es hacerlas de 4 novillos en aquellos pueblos que no tengan recursos para dar los festejos completos.
Un detalle de sensibilidad.
El 13 de octubre de 2019 después de salir a hombros de Las Ventas me enteré del percance de Mariano de la Viña. Al ver las imágenes me impactó mucho ver al maestro Miguel Angel Perera limpiando la sangre de su compañero que quedaba en el ruedo. Al maestro esa misma tarde le pegaron una cornada y esperó a que atendieran a Mariano de la Viña para ser operado. A mi juicio esos son las valores que engrandecen la tauromaquia.
GONZALO CABALLERO – Torero

El 12 de octubre de 2019 comprendí la verdadera grandeza de la plaza de toros de Las Ventas.
Siempre, desde que toree sin picadores en Madrid , había procesado un profundo respeto por esta plaza , la cual era el epicentro de mi vida , de mis sueños , entrenamientos y emociones. Siempre me he sentido un profundo privilegiado por haber triunfado o pagado con sangre cada actuación que he tenido en la calle Alcalá. Pero aquel día en el que entrando a matar después de una de mis mejores faenas el toro Clavelero me hirió sentí que todo era distinto a los anteriores percances que había sufrido.
Al caer en la arena un reguero de sangre inmenso salía por mi pierna. Mi instinto de supervivencia me hizo meterme el puño sobre el agujero por donde la vida se me escapaba. Me provoque eso que los médicos llaman hemostasia (torniquete a uno mismo) y que mi salvador Don Máximo García Padros indicó posteriormente que fue uno de los factores por los que me salvé.
Perdí casi 3 litros de los 5 de sangre que tenemos. Y en ese trayecto a la enfermería en los que me quedaba sin oxígeno y sentía que la vida se me iba , después de pedir que dijeran a mi madre que la quería , sentí un auténtico sentimiento de honor. Sentía que había entregado mi vida a la profesión más bonita que existe y que lo había hecho en El Templo , el lugar donde todo merece la pena la Plaza de Toros de Madrid.
Tuve la suerte de poder salir adelante , y ahora solo pienso en volver a ella.
WILLIAN CARDENAS – Presidente Asociación Internacional Taurina

Ello condujo a que en el mes de agosto dicho Comité emplazará al gobierno español respecto de lo planteado exigiendo una respuesta. Ante el requerimiento del Comité Intergubernamental, el Reino de España, a través de su representante en dicha organización internacional reconoció el 11 de septiembre de 2020, que la Tauromaquia en su sentido más amplio, que incluye los festejos populares de campos y calles, forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial del pueblo español reconocido por sus leyes y su Constitución, y asumió tener compromisos de apoyo económico que hasta la fecha no ha cumplido.
No obstante, este reconocimiento, desde elpunto de vista jurídico formal, se convirtió en la aceptación por parte del Estado Español ante los 193 países que integran la Organización de lasNaciones Unidas para la Educación, la Cienciay la Cultura, (UNESCO) de la inserción de laTauromaquia dentro de las expresiones culturalesque pertenecen al pueblo español, como parte desu identidad nacional y sus más ancestrales expresiones culturales.La Asociación Internacional de Tauromaquia (AIT) dio de esta manera un paso trascendental en su Proyecto Tauromaquia- UNESCO, pues elevó esta exigencia ante el órgano que regula la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial Universal, y fue ante los 193 Estados Parte que lo integran, que quedó plasmada en dicho instrumento la posición oficial del Estado Español.
Tal reconocimiento oficial, cuyo documento hemos ofrecido a los estamentos profesionales de la Tauromaquia para que forme parte de los instrumentos para el ejercicio de la defensa de sus derechos, junto con leyes y acuerdos, satisfizo nuestros objetivos y compensó el esfuerzo que dedicamos a esta iniciativa, correspondiendo a las organizaciones gremialesla reivindicación y exigencia de los compromisos oficiales en él asumidos.Para guardar como recuerdo imborrable durante estos dos años, tenemos la actitud del diestro José Antonio “Morante de la Puebla”, quien durante el año 2021 asumió el compromiso de conducir el timón del Toreo en tiempos difíciles, con dos apuntes especiales:Enfrentar hierros de las ganaderías consideradas más complejas y peligrosas para la lidia,Hacerlo contrastando el concepto de la Tauromaquia que se ha impuesto en los tiempos recientes de estoicismo y quietud máxima, con su más expresivo concepto del Toreo del Arte en movimiento. El éxito y los resultados le han dado la razón de forma abrumadora.
Una Propuesta: La Unión para enfrentar los continuos ataques que sufre el sector. El fin de la supervivencia de la Tauromaquia tiene que estar por encima de las diferencias y protagonismos. Se impone la unión de profesionales pero también de los aficionados que son los que en realidad mantienen esta expresión de nuestra cultura.
VICTORIA COLLANTES – Periodista

Olivenza volvía a ser el foco de todas las miradas durante 3 días, en illescas, se produjo el último “no hay billetes” sin aforos, sin mascarillas. Morante, Manzanares y Pablo Aguado desfilaron a hombros ante la alegría de los presentes que nos abrazábamos, sin saber que muchas de ellas, eran una despedi- da para siempre.
Al día siguiente, Ginés Marín, uno de los triunfadores del 2021, compartía puerta grande en Olivenza con Emilio de Justo y Man- zanares cortaba la única oreja del fin de feria. 6 días mas tarde se decretó el estado de alarma y comenzó el confinamiento.Las risas se convirtieron en lamentos, las rutinas en preocupaciones.Lamentos ante las llamadas diarias con historias desgarradores de amigos y familiares cercanos. personas que se iban de la noche a la mañana sin una despedida digna.Mientras, la vida en el campo no se detuvo el toro continuaba creciendo, los ganaderos, vaqueros y mayorales, amanecían para seguir cuidando al animal que volvería a las plazas. Cuándo? no se sabía, Fallas y Castellón, desde luego que no. Sevilla? Madrid? Pamplona?… para entonces, seguro que sí. era im- pensable que aquello no se celebrase. Pero ocurrió… todo se frenó de golpe y no hubo nada. nada de lo programado,nada de lo que hasta entonces denominábamos temporada. Había que inventar algo, los taurinos debían intentar buscar soluciones y quizás, por primera vez, muchos se vieron las caras y sentandose a dialogar.
No sé si fueron o no acertadas las decisiones, si las alternativas que se dieron fueron las correctas, pero al menos el toro volvió a la plaza y algunos no desfilaron al matadero.Hubo empresarios valientes que apostaron, matadores que consiguieron hacerse el hueco que buscaban. , volvía cierto halo de esperanza. El 12 de julio se reactivaron los festejos.. Fué en Torrijos, una novillada de Alcurrucén y el Cortijillo, siguieron otras plazas como Huelva, el Puerto de Santa María, Sanlúcar, Mérida, lugares donde gracias a Dios volvió la actividad. Por contra Madrid, la primera plaza del mundo, nunca abrió sus puertas. Aforos van y aforos vienen… Sevilla tambien cerrada, como Bilbao Pamplona o Zaragoza. La gira de reconstrucción llevada a cabo por la FTL, diferentes entidades y el canal toros de Movistar+, movilizó al sector reuniendo discrepacias al margen, a todas las partes por un fin común para la fiesta. El 12 de octubre en Córdoba, los maestros José Antonio Morante de la Puebla y Juan Ortega, se midieron en un mano a mano en la única plaza de primera que abrió sus puertas en 2020, gracias al tesón de José María Garzón,Nunca olvidaré aquella tarde, nunca olvidaré la visita matinal al cementerio de la Salud donde descansan 4 de los 5 califas del toreo y tuve el provilegio de coincidir con Morante acompañado de su fiel amigo Pedro. Los nervios y la responsabilidad pesaban en él pero fue en la conversación entendí, que el de la Puebla tenia decidido hacer algo especial, mostrando su apoyo a los empresarios con iniciativa que arriesguen y organicen es- pectáculos con calidad y sensibilidad, y concluyó diciéndome “Dios quiera que hoy salgan las cosas”. Y así fue, 2021 fue sin duda su año, no sólo en lo artístico, sino demostrando su apoyo a la fiesta, apostando por el bien de todos y poniéndose a tirar de lafiesta Me quedo con eso, me quedo con que en 2021 volvimos a vibrar, de diferente manera pero sonriendo en la reapertura de Madrid, de Sevilla, en los viajes maratonianos entre la feria Otoño y San Miguel. mira que hay días en el año, pues hasta en eso, el sector no fue capaz de no pisarse.
La tauromaquia tiene mucho que avanzar pero también ha dejado atrás aquellos que como demuestra el terrible juego del calamar, los que luchan sobreviven, se ha producido un barrido importante en el sector, unos más justos que otros, pero la realidad es que no todo el mundo vale o está preparado para ser empresario, para ser ganadero o para ser matador de toros.
ANTONIO CHACÓN – Torero

Son sensaciones encontradas, puesto que pasamos de la esplendorosa temporada 2019 al catastrófico 2020. En esa última campaña completa fue cuando ya pude mostrarme plenamente cuajado como profesional. Tanto el público como los toreros que contaron
conmigo así me lo reconocieron.
Llevaba tiempo madurando mi concepto y profundizando en mi tauromaquia, pero me faltaba desarrollarlo en la plaza, y con el toro.
Pese a que después vinieran dos años asfixiantes, yo conseguí evadirme de ese negativismo y cada día trataba, y a veces conseguía, mejorar mis sensaciones toreras.
Hay que normalizar el toreo en la sociedad. No hay que tratar de conseguir nuevos aficionados, sino lograr que se emita en los medios de comunicación con frecuencia y desde un tratamiento riguroso para que la población conozca los pormenores de la tauromaquia. Debemos reivindicar los valores y el respeto que los taurinos mantenemos con el toro bravo.
Jamás podré olvidar aquel par al sesgo al toro del Puerto de San Lorenzo en la Feria de Otoño de 2019. Aquella tarde actué a las órdenes de Juan Ortega. El toro era huidizo y no se quedaba colocado en la raya del tercio para poder banderillearlo como acostumbramos, por lo que traté de evitar capotazos y recuperé una suerte de banderillear cada vez más en desuso, que acabó reconociendo el sabio público de esta plaza. Fue el momento más emocionante de toda mi carrera taurina. No sabía cómo resultaría, pero supe que era el momento de tirar la moneda. Por Madrid, por el matador y por mí. Y creo que todos salimos ganando.
JAVIER CORTÉS – Torero

Madrid es la plaza en la que todo el mundo ya sea aficionado,ganadero,torero … desea que suceda lo que en su interior lleva cultivando desde que iniciará su afición,su pasión,su forma de vida por esta maravilla que es el arte del toreo.
Yo particularmente tuve una experiencia en el año 2019 allá por Septiembre,que marcó mi carrera y mi vida no solo como torero si no como persona.Uno cuando sueña con ser torero y pisar la plaza de las ventas se imagina triunfando pero también sabe que un día le tocará derramar sangre sobre la arena de la catedral del toreo.
Ese 15 de septiembre de 2019 me tocó sufrir la cornada más grave de mi carrera y afor- tunadamente fue en Madrid y de grana y oro. Desgraciadamente ese dia cerré temporada y sin saberlo también fue mi última tarde en esa plaza hasta el momento.
Me agrada saber y ver cómo aficionado en la post pandemia y reapertura de la plaza una afición con tremendas ganas de disfrutar del toreo y sobre todo ver los tendidos, gradas y andanadas colmadas de rostros jóvenes y con ganas de llevar a la tauromaquia hasta el mejor de sus días en esta plaza.
Con ello en mente sigo imaginando el regreso a hacer el paseillo en Madrid con la ilusión de reencontrarme con el aficionado del presente arropado por el del futuro en un camino en el que sólo nos queda seguir soñando.
DOMINGO DELGADO DE LA CÁMARA – Periodista

Siempre he ido a los toros dando un paseo de unos veinte minutos. Pero esta vez tardé hora ymedia en llegar,,. tal era la dificultad.
Llegué además totalmente calado y jugándome una neumonía, pero finalmente llegué a la Puerta Grande. El espectáculo era imponente, sobrecogedor.
El ambiente era glacial y solemne. Saqué algunas fotos con el teléfono móvil, consciente de que espectáculo semejante puede que nunca más lo volviese a ver. En la explanada de la plaza, unos chavales estaban haciendo muñecos de nieve y otros se tiraban bolas. Era el contrapunto alegre en la gelidez de la mañana. Y me dio por pensar en los soldados de la División Azul, que ponían carteles de toros en las encrucijadas del Frente Ruso, mientras combatían heroicamente a cuarenta grados bajo cero. Me acordé también de Don Antonio Bañuelos, empeñado en hacer compatible la crianza del toro de lidia y las nevadas copiosas del Páramo de Masa. Y finalmente me acordé de Pedro Somolinos, al que vi una gran faena en Valdemorillo en 1983, en medio de una nevada, antes de que se suspendiese el festejo cuando se arrastró ese tercer toro de la tarde.
Envuelta en ese manto blanco, la plaza lucía deslumbrante. Y es que Las Ventas, con su estilo neomudéjar es uno de los más bellos monumentos de la Ciudad de Madrid.
La nieve resaltó aún más su belleza. Mereció la pena verlo.
AGUSTÍN DíAZ YANES – Director de cine

Durante la pandemia me salvé de muchas tristezas gracias a la terraza que tengo en casa y a MovistarToros. Encerrado, sin poder salir y sin poder viajar, el canal taurino me relajaba y me hacía viajar hacia otros mundos y a otros espacios. No solo por las corridas que retransmitían y que permitieron que la tauromaquia no desapareciera durante dos años, sino, sobre todo, por los programas sobre las ganaderías españolas (Por las rutas del toro) que me transportaban a las dehesas; a los campos abiertos de la naturaleza.
Por una extraña razón, que seguro tiene varias explicaciones, la pandemia ha traído a mi juicio un cambio radical en los gustos de los aficionados. Ha vuelto, con fuerza y pasión, el toreo de arte, y se ha renovado y reforzado el toreo de poder.
Reconozco no tener ninguna idea genial para mejorar la tauromaquia. Quizá, lo único que se me ocurre es volver al pasado, a las leyes no escritas que rigieron en el toreo en sus épocas de mayor esplendor. Una de ellas: que el triunfador en una plaza o en una feria tenía el puesto asegurado al año siguiente. Y otra, que se abrieran los carteles a los toreros jóvenes, de reciente alternativa.
JOAO FERREIRA – Torero

Entrenaba me mantenía preparado, obligado a una mayor capacidad de concentración pero para eso está lá mente .Tenia la fé en que alguna vez me podría tocar estar en las Plazas de primera tengo la suerte de tener un matador de toros que és mi hermano y eso me ayudaba muchísimo . creo que para mejorar el futuro de los toros se puede dar paso a los Toreros menos vistos y más jóvenes.
Que se venda mejor la tauromaquia creo que el futuro se pueda asegurar de esa manera a los niños que s puedan aparecer porque esto es de Pasión.Los detalles que no voy olvidar a los matadores que me hicieron estar en grandes ferias e estar presente de vivir esos momentos porque no es nada fácil estar en ese circuito.
MURIEL FEINER – Escritora y Fotógrafo

Viví la pandemia entre 2019-2021 con un sentimiento de vacío y de limbo general, que se hacía especialmente extensivo a mi afición. Suplí en cierta forma la falta de corridas in situ los domingos en Las Ventas y la ausencia de ver los amigos en nuestras reuniones y tertulias taurinas, con escribir un libro: MI BARRIO DE LAS LETRAS… CON UN GUIÑO A LA TAUROMAQUIA Y AL FLAMENCO.
Siento que la pandemia me “ha robado” dos años de mi vida, un comentario algo egoísta si pensamos que, a mucha otra gente, les robó la salud y la vida. También aproveché para poner en orden mis archivos fotográficos y mis negativos. Mi marido se dedicaba a ver las repeticiones de las corridas de antaño retransmitidas por Canal Toros y de vez en cuando me senté a acompañarle, embargada por la nostalgia.
¿Un aspecto que ha cambiado algo en la Tauromaquia? Posiblemente la pasión, las ansias y el respeto con que se han vuelto a las plazas, tanto profesionales como aficionados. No sabemos valorar algo hasta que nos falta. Desde luego también hemos visto, debido a las circunstancias, la lidia interesante de muchos toros cinqueños que habían quedado en las dehesas.
Se veía reflejada en las caras de los aficionados la enorme ilusión de volver a la plaza, y también en las de los profesionales, que sufrieron mucho más la suspensión de la actividad taurina.Respecto al futuro quiero ser optimista, porque no vale otra cosa. Esperanza en que saldremos adelante.Hay un nombre y apellido para la temporada de 2021: Morante de la Puebla, que nos brindó tanta felicidad porque nos transmitió no solo su arte, sino su valor, su entrega y su gran ilusión en mantener la llama de la Fiesta.
Tampoco quiero olvidar a Enrique Ponce, que fue el sustento de la breve temporada anterior.Sabemos que, con las restricciones de aforo, los toreros no podían cobrar sus honorarios acostumbrados, ni los ganaderos, y los empresarios se arriesgaban mucho. También hay que destacar la gran labor y también valor de la Fundación del Toro de Lidia, presidida por el ganadero Victorino Martín, que organizó la Gira de Reconstrucción y la Copa Chenel, y apoyó La Liga de Novilladas y los Circuitos de Novilladas del Norte, Mediterráneo, Andalucía y Castilla y León, … Y tuvimos la oportunidad de ver en el horizonte un relevo importantísimo de jóvenes toreros: Juan Ortega, Pablo Aguado, Emilio de Justo,Ginés Marín, José Garrido, Rubén Pinar, Sergio Serrano y muchos más. Y novilleros como Isaac Fonseca, Manuel Perera, Jorge Martínez, Manuel Diosleguarde…Pienso que es de imperante necesidad para asegurar el futuro de la Fiesta, conseguir y reclamar más visibilidad en los medios y más respeto para la Fiesta. Sé que no será fácil lograrlo y por eso tiene que existir una gran unión entre todos los estamentos.
Un detalle? Un momento importante para mí fue volver el día 2 de mayo a la plaza de Las Ventas, para el festival que parecía un pequeño desafío de nosotros, los taurinos, hacia el “mundo exterior”.
Y luego en la Feria de Otoño, fue poder bajar al ruedo a hacer la salida por la puerta grande de Emilio de Justo y Gines Marín, además tras la prohibición durante el Covid de sacar los toreros a hombro.
GABRIELA FERRER – Pintora

Tengo el gran honor de que una de mis obras pictóricas: “El Toro de Talavera” haya sido seleccionado por los taurinos de la Ciudad de Puebla, como estandarte en la lucha en contra de la abolición de la Fiesta Brava en este estado mexicano, que durante mucho tiempo, fue la antesala de las plazas de la capital de nuestro país: “El Toreo” y “La Plaza México”, la más grande del mundo. Orgullo fue que a esta lucha se sumaran no solo aficionados de la región, si no de todos los países del orbe taurino.
Los Toreros, los ganaderos, los aficionados y las Peñas Taurinas unieron sus voces en defensa de lo suyo.Afortunadamente durante este periodo de sequía taurina logramos vencer a los antitaurinos, lucha que no podemos abandonar para poder celebrar en él 2029,los 500 años de esta costumbre y bella tradición en nuestro país.La Fiesta de los Toros, que se vio afectada por la Pandemia, resurge como “El ave Fénix” y cobra nuevo aliento y se adentra, con renovados bríos a la noble tarea de engrandecerla fomentando las artes que de ella emanan como la pintura, la escultura, el cante, el baile, la música, la literatura, el cine, la fotografía y la poesía.
Aprovechando la Revolución Tecnológica que actualmente vivimos, es importante crear nuevos y enriquecidos contenidos que formen nuevos aficionados, que muestren la Fiesta de los Toros desde otras perspectivas, desde el cuidado y la dedicación en la crianza del Toro Bravo, así como la fuente de inspiración de las diferentes manifestaciones de arte. Vayamos pues, a disfrutar de la Fiesta de los Toros en los ruedos, a disfrutar la convivencia de antaño y lograr hacer de ella un punto de reunión familiar donde converja la sana diversión, la tolerancia y el respeto a este gran patrimonio cultural de la humanidad.
ANGEL GÓMEZ ESCORIAL – Torero

Después de una temporada 2019 buena para mi , vino un tiempos de preocupación e incertidumbre . Fui padre por segunda vez en pleno confinamiento y esa alegría también trajo el peso de la responsabilidad por un futuro que se presentaba difícil.
Con poco reconocimiento social y poca empatía para con los toreros . Fue bonito comprobar la gran familia taurina que tenemos , llamándonos preguntado por la salud, ofreciéndonos ayuda entre nosotros.Y valorar más aún lo maravilloso que es ser torero, volver al campo, las primeras tardes de luce , poder volver a encontrarte con tu gente. La división de España y la casi imposición de la tauromaquia en uno de los bandos . Porque los enemigos atacan hasta saltándose la ley . Y sin quererlo nos hemos visto necesariamente enclavados en un bando . El toreo es mi esencia y está por encima de
la política para mi. Pero es la situación que hay , una guerra declarada en la que nos quieren aniquilar .
Enseñar quienes somos , que historias y personas maravillosas hay en el toreo . Serían muchas historias personales y particulares.
Compañeros dejándonos dinero, ganaderos quemando sus camadas y con toda su ruina felices cuando embestía un toro, pero sobre todo los chavales que quieren ser toreros. Sin un pitón por delante, poniéndose cada vez más difícil y ellos cada vez con más afición.
Eso me ha encogido el corazón y además me ha dado mucha fuerza para seguir.
JOSÉ GERMÁN ESTELA – Periodista

Hay lugares que no son nada hasta que un hecho o una persona los transforma. Eso es lo que ha pasado con un rincón que ahora está más vacío que nunca, lo que ya se conoce como “la esquina de Matías”. Matías fue un librero lleno de bondad y capacidad de trabajo. Discreto, humilde, tranquilo
y siempre sonriente. Llegaba antes que nadie y comenzaba a descargar sus libros uno a uno, caja a caja y lo hacía en soledad y con un carrito como único aliado. Los que llegábamos pronto a Las Ventas, como es mi caso, veíamos como siempre era el primero en aparecer. Le preguntabas como estaba y él siempre te respondía con una sonrisa que se podría estar mejor, pero que no se quejaba. Matías fue el único vendedor autorizado de libros en los pasillos de Las Ventas, tenía su puesto en una zona cercana al Patio de Arrastre y allí llenaba cada tarde ese lugar, de los mejores libros taurinos. No le faltaba la biografía novelada de Juan Belmonte de Chaves Nogales, libros de Andrés Amorós, Paco Aguado, José Luís Ramon y tantos otros… historia de la tauromaquia, biografías de toreros, novelas y muchos más. Era su pequeño legado de letras y era también lo que Matías ofrecía al mundo.Nunca quiso que se le hiciera una entrevista, nunca posó para una foto y nunca perdió una exquisita educación y un señorío para estar acertado en cada ocasión. Le gustaban mucho los clientes mexicanos, aficionados que cruzaban cada año el atlántico para disfrutar de las maravillas de Madrid, entre las que no faltaba ir a los toros. Y entonces le hacían grandes encargos literarios, que Matías resolvía con brillantez.
En alguna ocasión, cuando la cosa iba más floja, algún conocido le compraba un libro, aunque ya lo tuviera repetido.
Yo fui uno de ellos. Pero eso no importa. Lo más importante es que con la misma humildad y discreción con la que vivía se fue en el peor momento de la pandemia y lo hizo, además sin hacer ruido. Sólo él y los suyos sabrán lo que han sufrido.Quiero que estas líneas sirvan para honrar la memoria de un hombre bueno, amante de la literatura y amante de la tauromaquia, que nunca pidió una entrada. Lo conocían los toreros, los ganaderos, los trabajadores de la plaza y por supuesto los aficionados. Y lo quería todo el mundo. Que nadie se olvide del librero más famoso del Madrid taurino, castizo y chulapón, que la memoria de Matías quede para siempre en esos angostos pasillos de la que también fue su plaza o por lo menos su lugar de trabajo.Ojalá que alguien, en algún momento de la vida crea oportuno colocar una pequeña placa en esa misma esquina, ahora vacía y triste, en la que durante muchas temporadas, Matías se dedicó a expandir también la tauromaquia a través de sus libros. Porque, si todo está en los libros, también tienen que estar quienes los hacen llegara nuestras manos.Y en este final del recuerdo a Matías, me quedo con otra de sus imágenes cotidianas, la que mostraba a un sombre en soledad, cargando con sus libros, guardándolos en cajas, que más tarde precintaba y colocándolos en lugar seguro. Y así cada día. Y como el toreo es grandeza, que dijo una vez el gran Joaquín Vidal, seamos grandes para honrar también a quienes, sin ponerse delante de un toro, nos provocan emocionados recuerdos dentro de una plaza de toros.
Hasta siempre Matías, descansa en paz.
FRAN GONZALEZ – Alguacilillo

Hay que llevar a los niños a los toros, tanto a las plazas como al campo y a las calles, sin miedo.
El aspecto a mejorar sería conseguir incrementar la divulgación de la Tauromaquia, quizás ¿por qué no? Una asignatura opcional en las escuelas. Una utopía. Si los políticos no son valientes, tenemos que serlo nosotros y por supuesto, entrada gratuita de todos los niños a los espectáculos taurinos.Otro aspecto importante sería la vuelta de las corridas de toros a la televisión pública. Estamos en nuestro derecho. Sobre cual ha sido el detalle de sensibilidad que me ha quedado, no tengo ninguna duda. El 2 de mayo de 2021 cuando se volvió a abrir tras año y medio cerrada la Puerta de Madrid,l a ovación del público, tan sincera cuando pisamos el ruedo aún me pone los pelos de punta. Una ovación que refleja uno de los principales valores de la Tauromaquia: la verdad. Y que a mí me demostró por qué la afición de Madrid es la artífice de que Las Ventas sea considerada la primera plaza del mundo.
ÁNGEL INFANTES – Responsable asuntos taurinos de Aranjuez

Desde que finalizara la temporada 2.019 en el mes de septiembre hasta que se volvieron a reanudar los festejos taurinos en la plaza de toros de Aranjuez en mayo de 2.021, han sido momentos difíciles y de mucha incertidumbre en los que tanto yo como un buen grupo de amigos y aficionados no paramos de creer y trabajar para poder volver a la actividad taurina en Aranjuez.
A punto estuvo de poder ser en septiembre de 2020, pero ante la imposibilidad y la contrariedad que ello supuso en el ultimo momento, pronto nos recuperamos y empezamos a trabajar para hacerlo realidad al año siguiente con contadas ayudas de la administración, pero sobre todo con muchísima ilusión.
Volver a ver toros en 2020 no fue tarea fácil. Pues a la situación sanitaria hubo que sumarle los daños y contratiempos que el temporal de nieve y frio “Filomena” produjo ese invierno tanto en la plaza de toros como en el resto de instalaciones de la ciudad.
Uno de los momentos mas emotivos para mi fue el volver a ver a los toreros cruzar la puerta del patio de cuadrillas y entrar a la capilla, que fue uno de los sitios que mas sufrió las consecuencias de “Filomena”, y donde se realizó un gran esfuerzo para recuperar tan singular espacio.
FANNY JOURDÁN – Escritora

Tenía que hacer algo más que esperar a que pasaran los días. Quería darle vida, devolverle todo lo que nos había dado y hablar de ella. Empecé a enviar la pregunta “¿qué te inspira la Plaza de Toros de Nîmes?” a amigos, toreros, ganadero/as, apoderados, pintores, periodistas. Cuando el anfiteatro romano estaba cerrado, hablaron de él los que amaban, aman o sueñan con ir a Nîmes, cada uno por una razón particular, del profesional taurino al aficionado. Nació un libro de más de 100 páginas, traducido en francés y en español, cuyo objetivo fue recaudar fondos para los criadores de toros de lidia franceses, y a las cuadras de caballos de picar francesas. Pensaba mucho en ellos. ¿Como iban a salir de esta? Sin festejos, el dinero no entra, pero sí que hay que comprar pienso, revisar instalaciones, cuidar a estos animales que tanto amamos. ¿Sin ellos, cuando todo eso acabará, qué?.
Esta humilde recopilación ha sido un mensaje de solidaridad. Pertenece a todos los que aman nuestra fiesta, el Toro, y a los que en definitiva comparten una sensibilidad, una forma de vivir y de ver la vida. En 2021, los fondos me permitieron comprar toros de distintas ganaderías francesas que iban a ir al matadero sin ser lidiados. Tres jóvenes promesas del toreo les lidiaron en el campo francés. La vida había vuelto. Ahora 2022 nos promete cosas buenas. A por ellas.
JUAN ANTONIO LABRA – Periodista y Escritor

Un aspecto de la tauromaquia que a mi juicio se ha visto… es la ilusión renovada. al valorar lo que tenemos, apreciar el esfuerzo de quienes dan toros, y también de quienes siguen acudiendo a la taquilla, a comprar emociones., ver a los jóvenes en el tendido es lo mejor que me ha tocado ver en la plaza de Las Ventas en la reciente Feria de Otoño. Ahí está la renovación generacional de aficionados. No hay que desaprovechar esa inercia. Es preciso seguir alentando su presencia en la plaza. Ver la forma de que ellos, libres de atavismos, de complejos, se formen como aficionados al amparo de lo que una tarde de toros les ha hecho sentir.La consideración hacia el público. Tratarlo bien. Ser ético en todo cuanto hagamos. Desde la profesión de cada uno dentro del sector. Pensar en la calidad y no en la cantidad, así como en una fórmula novedosa de comunicación, que permita exponer los valores auténticos de la tauromaquia, un arte vivo, auténtico e inconfundible, de debemos procurar que sea respetado. Porque al final es una cuestión de libertad.
Siempre que vuelvo a Madrid, un sentimiento especial me invade antes de cada tarde de toros. Quizá por ello procuro subirme en el primer vagón del metro, para salir antes que nadie. Conozco de memoria las estaciones de esa línea roja. Y aunque es distinta a la que suelen cruzar los toreros delante de la mirada desafiante del toro, no deja de tener el mismo color de la sangre, de la pasión. Cuando el convoy se detiene en la parada de “Ventas”, el corazón me palpita más aprisa. Los latidos se aceleran al subir la escalinata que me devuelve la luz del día. Y también ese cielo inconfundible, de un azul profundo, coronado casi siempre de nubes grandes, de una blancura deslumbrante. Esa imagen me resulta bella en sí misma, porque a poco que avanzo va a apareciendo, como elevada en un suntuoso pedestal, la plaza de toros, con su imponente Puerta Grande, umbral de tantos sueños toreros
PABLO LOZANO PEREA- Ganadero

De ahí pasamos a una temporada, la del 2021, en la que se demostró el sacrificio y la voluntad de todos para salir hacia adelante.
El aspecto que más se ha visto transformado en este periodo es la certeza de que el sector tiene que moverse, reinventarse y optimizar el desarrollo de su futuro teniendo siempre muy presente el interés de la afición.
Una idea que pueda contribuir a mejorar la tauromaquia en el futuro es el desarrollo de asambleas periódicas, que analicen el momento y la problemática general, en las que se aparten los intereses particulares y propicien que haya debate interno para facilitar el conocimiento entre sí de la realidad de cada una de las partes, hasta conseguir acuerdos lógicos y vinculantes.
El detalle de sensibilidad lo guardo y lo relaciono con la afición. A la afición, un agradecimiento infinito, pues tras el miedo, y las obligadas reservas sanitarias por un lado y el oportunista ataque que algunos políticos y sectores sociales hicieron y hacen contra el mundo del toro por otro, se demostró que el apoyo de la afición es sólido, que lo consideran parte de su tradición y que sigue teniendo un fuerte arraigo popular.
Este sector, sin ayudas de la Administración, sin las subvenciones genéricas que tanto se le han achacado (curiosamente desde sectores que si están ampliamente subvencionados) superó gracias a su afición, consecutivamente los diferentes porcentajes de aforo (30%; 50%; 75%), demostrando, contra viento y marea, la libertad y el apoyo a sus tradiciones y cultura por parte de su público, en el que están representadas todas las ideologías, le pese a quién le pese.
PEPE MORAL – Torero

Un recuerdo de los que dejan huella ese detalle de sensibilidad que guardo en mi en mi memoria de esta época vivida, ocurrió durante la visita que realicé para ver vel primer toro que tuve la inmensa emoción de indultar, la Ganadería Victorino, su nombre Jarretero.
Todo en Illescas (Toledo), en el mes de octubre de 2017 y fue el primer toro indultado pocas fechas después de que Victorino Martín padre nos dejara.
Cuando llegué a las Tiesas el ganadero y yo nos acercamos al cerrado donde estaba Jarretero junto a otros toros. Al sentirnos los animales salieron corriendo pero extrañamente él se quedó. Me acerqué andando despacio hacia él y al mirarnnos fijamente a los ojos, me entró la duda de si al cabo de varios meses me hubiera podido reconocer. Esa forma de mirarme, midiendo y retando, no la olvidaré nunca.
Fue una experiencia única. Me pareció mentira que después de tantos meses se quedara quieto, como si de alguna manera me hubiera reconocido. Siempre será un misterio que me ha quedado en el sentimiento y que me acompañará como aficionado y como matador de toros.
JUAN ORTEGA – Torero

Es curioso lo que ha cambiado el curso de la Tauromaquia en estos dos últimos años. Empecé a notarlo en los aficionados, que son los primeros que cantan las cosas, pero mi sorpresa ha sido el contagio al gran público en tan poco tiempo.
Lo natural, lo puro y la despaciosidad se valoran y se exigen como nunca. Pienso que el ritmo actual de la sociedad, en la que todo ocurre tan rápido y superficial, nos da la respuesta. Vivimos en una época en la que la inmediatez reina sobre todo lo demás. No importa si lo que se hace está bien o está mal, lo importante es tenerlo ya. De ahí que cuando uno se sienta en el tendido de una plaza de toros tenga la necesidad de llenar aquello que le falta en su día a día.
Añoramos lo natural porque estamos cansados de lo políticamente correcto, lo puro porque la verdad brilla por su ausencia y la despaciosidad porque vamos corriendo a todos lados.
Estoy orgulloso del Toreo y de los miembros que lo componen. Este año se ha dado un ejemplo de unidad para poder echar los festejos hacia delante con esos aforos tan reducidos.
Además he notado en las plazas muchísima gente joven, sin complejos, que está naturalizando el ir a los toros. Por ello soy muy optimista con el futuro de la Tauromaquia, las épocas complicadas despiertan el ingenio.
ARANCHA SANCHEZ – Ganadera. – Montealto

Podemos resumir en pocas palabras las sensaciones vividas, pero quizás la peor haya sido la incertidumbre, unida al dolor y la desesperación de tener que matar animales y reducir ganado para la mera supervivencia. A raíz de la pandemia el sector taurino pensó que era hora de unirse para poder seguir a flote, pero se ha demostrado una vez más que esto resulta realmente imposible y que los ganaderos han sido los grandes damnificados ya que para lidiar ésta temporada los animales se han vendido a precios muy bajos, por lo que si antes era difícil continuar , cada vez la pelota se hace más grande.Sin toros no hay tauromaquiaCreo que no hemos aprendido nada tras esta etapa tan dura, aunque me cueste decirlo. Si la tauromaquia no se une de una vez por todas, no hará falta que llegue otra pandemia para acabar con ella.
Creo que sigue adelante hoy en día gracias a los ganaderos que siguen criando animales por debajo de coste y a los aficionados que van a las plazas.
A pesar de todo lo malo vivido, y la dureza de esta pandemia, todo cambia cuando puedes vivir una tarde como el pasado 11 de Septiembre del 2021 en Valdetorres del Jarama. Cuando una corrida embiste de esa manera, ves que la gente se emociona, que los toreros se acoplan a las embestidas y resulta una tarde triunfal para el recuerdo. En ese momento no te cambiarías por nadie.Lo que sientes es indescriptible, una de las emociones más fuertes que hayas podido sentir en tu vida.
Esa pasión hace que una y mil veces los ganaderos, a pesar de todo, sigamos poniendo dinero para criar estos animales y decidamos que todo esto merece la pena sólo por volver a sentir por unos instantes la magia vivida. De ahí pasamos a una temporada, la del 2021, en la que se demostró el sacrificio y la voluntad de todos para salir hacia adelante.
El aspecto que más se ha visto transformado en este periodo es la certeza de que el sector tiene que moverse, reinventarse y optimizar el desarrollo de su futuro teniendo siempre muy presente el interés de la afición.
Una idea que pueda contribuir a mejorar la tauromaquia en el futuro es el desarrollo de asambleas periódicas, que analicen el momento y la problemática general, en las que se aparten los intereses particulares y propicien que haya debate interno para facilitar el conocimiento entre sí de la realidad de cada una de las partes, hasta conseguir acuerdos lógicos y vinculantes.
SIXTO NARANJO – Periodista

Sin embargo, todo se paró en seco en marzo de 2020 cuando nada más terminar la Feria de Olivenza se decretó el estado de alarma, el confinamiento de la población y, por ende, la suspensión de facto de
la temporada taurina que no había hecho nada más que comenzar.
Lo primero por lo que temimos fue por el toro. El tótem que da sentido a esta Fiesta. El principal protagonista de un espectáculo que, una vez más, volvía ser el eslabón más débil de la cadena. Las cuantiosas pérdidas anunciadas por los ganaderos se cernían como una pesada losa
Con aforos reducidos, pero viendo como varios empresarios tomaban la determinación de anunciar festejos y ferias pese a lo complicado de la coyuntura por la que seguíamos atravesando. Sin embargo, siempre sale el sol y nos quedaremos en la retina con un año en el que brillaron Morante y Emilio de Justo y la aparición de jóvenes matadores y novilleros que han alumbrado los distintos circuitos organizados por la Fundación Toro de Lidia y distintos gobierno regionales. Ojalá el 2022 sea el del resurgir total de la tauromaquia. La Fiesta tiene un grave problema y ese es el de la falta de visibilidad en la actual sociedad. Los protagonistas de este espectáculo, los toreros, han desaparecido de la vida social de nuestro país. Las actuales figuras del toreo son seres etéreos de los que no sabemos nada. Siempre digo que es más fácil entrevistar a un Ministro de España que a una figura del toreo, y lo digo con conocimiento de causa.
Los toreros deben volver a ser personajes públicos, de los que se conozcan sus hazañas en los ruedos asomándose con asiduidad a los medios especializados y, sobre todo, a los generalistas que les ofrecen la oportunidad de darse a conocer.
La Fiesta debe cuidar a los aficionados, pero también debe salir a pescar en otros caladeros de nuestra sociedad para sumar nuevos públicos. Los jóvenes que hemos visto acudir con asiduidad este último año a los toros tienen que conocer a sus héroes, a los toreros, que siguen haciendo de la tauromaquia un rito con vigencia presente y futura.
Una imagen, un recuerdo que me ha dejado en los últimos años una huella indeleble fue la Puerta Grande de Emilio de Justo en la Feria de Otoño de 2018 que captó el objetivo de Valdivieso para el perfil tuitero “Sentimiento Taurino”. Más allá del protagonista y del año en la que fue tomada, me quedo con el inmenso potencial que tiene la Fiesta y la cantidad de gente que sigue arrastrando.. Emociona ver cómo la tauromaquia sigue arrastrando a miles y miles de personas al reclamo de la lidia de un toro bravo por parte de un torero valeroso y artista. Ese gran caudal de pasión debe saber enfocarse para seguir ofreciendo un espectáculo íntegro y emocionante en nuestras plazas de toros. Cuando existe la conjunción entre toro, torero y afición, no hay un espectáculo que se asemeje al nuestro. La imagen lo corrobora supervivencia. Fueron días complicados, viendo como se derrumbaban como un castillo de naipes los proyectos que se habían planificado para esa temporada. En lo personal, viendo como las restricciones impedían las grabaciones del podcast de El Albero en COPE y se esfumaban de un plumazo la planificación preparada en Telemadrid.
Poco a poco, con el paso de los meses y la llegada del verano, llegaron algunos rayos de esperanza en forma de festejos aislados para mantener vivo el pulso de la Fiesta y un otoño que nos trajo la llamada Gira de Reconstrucción para dotar de esperanza la temporada de 2021.
Una temporada 2021 que nos devolvió, en parte, a una cierta normalidad en buena parte del año.
SANTIAGO OJEDA BOTÁN – Fotógrafo

Si majestuosa es por fuera, por dentro la experiencia se multiplica. Sólo imaginarse lo difícil que tiene que ser estar en los medios de ese ruedo ciclópeo, y citar de largo con la izquierda al toro más imponente del mundo…te da consciencia de la importancia de Madrid como primera plaza del orbe taurino. La última vez que estuve allí, fue el 5 de octubre de 2019, corrida en la que se encerró en solitario Antonio Ferrera y que a la postre consiguió un triunfo muy meritorio saliendo por la Puerta Grande.
Fue una tarde interesantísima, pero a la vez complicada, pues se puso cuesta arriba para el diestro extremeño, al no poder
cortar ni una sola oreja en sus cuatro primeros toros. Pero lo destacable es que el público de Madrid no se desilusionó nunca, ni perdió la esperanza de ver triunfar a Ferrera, que, a pesar de lo difícil de las circunstancias, derrochó un dominio lidiador en todas las facetas y con todos sus toros. Jamás se derrumbó ante las adversidades de la tarde y en cada toro salía con “las pilas”recargadas y una actitud intacta a prueba de misiles.Sus faenas al 5o y 6o fueron premiados con orejas y salió por la Puerta más grande del toreo. Al margen de lo artístico, que lo considero siempre parte fundamental, admiro profundamente el respeto que la afición venteña muestra a los que se enfundan el “chispeante”, porque sabe reconocer perfectamente los momentos complicados de una tarde, y el mérito del que pisa la arena.
En Madrid siempre hay sensación de que todo lo que ocurre tiene suma importancia, lo transmite el ambiente. Como profesional, es de las plazas que más disfruto trabajando, y al igual que los toreros, cuando cubres un festejo gráficamente en Las Ventas, lo haces con un sentido de la responsabilidad mayor al de la mayoría de plazas.
Siempre da gusto el compañerismo que se vive en el callejón de Madrid. Hay muchos y muy buenos fotógrafos taurinos, profesionales jóvenes y veteranos, que han mamado el respeto que siempre ha habido hacia los toreros, al propio toreo y hacia los valores y la liturgia de la tauromaquia; y luego existen otros sujetos que se hacen llamar “fotógrafos”- porque se compran una camarita y consiguen ir al callejón de alguna plaza que no son profesionales, sino aficionados a la fotografía; esos que se identifican por sí solos con sus actitudes, los observas “desenvolverse” en un patio de cuadrillas, y algún día le van a sacar un ojo a un torero con el objetivo tratando de tomar el más primerísimo de los planos. O los ves salir al ruedo y hacer el paseíllo completo con los toreros. Ese tipo de conductas me dan mucha rabia, porque ésta es una profesión muy bonita y al final pagamos justos por pecadores.
Me reitero, pero el respeto es algo fundamental que nunca se debe perder en los toros; me viene a la cabeza las auténticas odiseas que pasan los toreros cuando salen a hombros en una plaza importante (por ejemplo, Madrid o Sevilla). Hay individuos irrespetuosos que le quieren arrancar literalmente el traje de luces, casi llegando a la mutilación. Eso no pasaba antes, jamás he visto una fotografía de Bienvenida, Ordóñez o El Viti saliendo a hombros con el cuerpo contorsionado como si se estuviera zafando de un linchamiento popular, en el que la admiración, curiosamente, se torna en descortesía casi vandálica. No digo que sean todos, seguramente son los menos, pero esa minoría desprestigia a los que realmente amamos la Tauromaquia.
CARLA OTERO – Torero

La pandemia del COVID-19 ha causado un momento de gran incertidumbre en la sociedad. En mi caso, ha sido el toro el que me ha mantenido con ilusión cuando no encontraba ningún atisbo de esperanza. Me levantaba todos los días soñando con el día en
el que volveríamos a vernos en las plazas, sin mascarillas ni distancias sociales.
Mis días se basaban en estudiar y entrenar: me pasaba horas con los trastos en la mano esperando a que llegara ese día. La primera becerra en el campo y el primer novillo en la plaza fueron como una vuelta a la vida, y sentí que todo el tiempo que desde casa le había dedicado al toro había merecido la pena.
Una idea que pueda contribuir a mejorar la tauromaquia en el futuro sería acercar a los jóvenes al campo y a las plazas para hacerles conocedores de los procesos de cría y selección del toro bravo, así como del espectáculo.
Apoyar y dar continuidad al proyecto que está llevando a cabo la Fundación del Toro de lidia promoviendo las novilladas y las corridas de toros en los pueblos, dando cabida a ganaderías y toreros en proyección.
Un detalle de sensibilidad taurina que guardo en el recuerdo y quiero compartir con la afición: fue en la vuelta de los toros a Madrid, el momento en el que el maestro El Juli, brindó su toro a un niño con cáncer, la plaza reaccionó con una gran emoción.
MIGUEL REVUELTA – Restaurador

Aspecto: Este periodo de tiempo vivido no ha sido aprovechado como se debería, sé podían haber recuperado muchos mas espacios taurinos abandonados y en desuso…… pero en el fondo dar las gracias porque la caída del sector taurino podría haberse convertido en una autentica catástrofe.
Idea: Indudablemente los procesos de selección y cría del toro van a ser cruciales en el desarrollo futuro de la fiesta brava. Me gustaría ver un sorteo de encastes y escalafón para hacer mas atractiva y emocionante la fiesta.
etalle: Un detalle ha sido el de algunos toreros tentando y matando toros a puerta cerrada, siendo retrasmitido por algunos canales de streaming…….un soplo deafición y un guiño al futuro.
MARCO PEREZ – Torero

El confinamiento se me hizo más llevadero gracias a la afición que tengo por el toro. Por la mañana, asistía a las clases online, después decomer estudiaba y hacía los deberes y a las seis, me cambiaba rápido de ropa y me bajaba al jardín para entrenar de salón con mi padre y hacer deporte. Esta era mi autodisciplina diaria. No me desanimé ni un solo día y siempre con la meta de que cuando llegaran los tentaderos, estuviera preparado al máximo. Estos llegaron, y yo me sentí feliz.
En Septiembre del 2020, fui invitado por el maestro Ferrera a un tentadero en su casa, del que tengo un recuerdo muy especial. Me llevé la sorpresa cuando llegué a la finca de encontrarme al maestro Talavante. Compartí tentadero con él (Antonio Ferrera estaba lesionado); me dieron todos muy buenos consejos. El ganado salió buenísimo, eran las tantas de la noche, y allí seguíamos toreando, disfrutando… ¡¡fue una noche mágica e inolvidable!!.
Otra vivencia que tengo en el recuerdo y quiero compartir, porque me llegó adentro, se produjo en la plaza de las Ventas, la primera vez que volví después de la pandemia. Delante nuestra en el tendido, estaba sentada junto a su abuelo, una niña, más o menos de mi edad, con una minusvalía.
Lo que disfrutó esa niña viendo la corrida aquella tarde, no se puede describir. Yo no podía dejar de observarla. Estuvo atenta a todos los tercios; se reía, aplaudía, sacudía sus manos rápidamente y muy emocionada cuando ponían las banderillas… ¡daba gusto ver cómo disfrutaba! y su abuelo más viéndola a ella. Yo me fui de la plaza muy feliz y orgulloso de querer ser torero.
Soy consciente que a día de hoy, con la edad que tengo y las experiencias que vivo, hay responsabilidades y riesgos que tengo que asumir; esto me hace crecer como persona y madurar y también darme cuenta de la suerte que tengo de poder hacer lo que me gusta.
¿Una idea para mejorar la tauromaquia en el futuro? Que los precios de los espectáculos taurinos para los niños, sino gratis, fueran más asequibles, para que todas las familias pudieran asistir. También tendrían que fomentaran desde los colegios, las visitas a las ganaderías para que los niños conocieran el toro en su hábitat, vieran un tentadero.
Todo esto, contribuiría a que se cumpliera uno de mis sueños, que es que aumente el número de aficionados jóvenes y que las plazas se vuelvan a llenar con gente de todas las edades.
ANTONIO PICAMILLS – Documentalista

La consideración hacia el público. Tratarlo bien. Ser ético en todo cuanto hagamos. Desde la profesión de cada uno dentro del sector. Pensar en la calidad y no en la cantidad, así como en una fórmula novedosa de comunicación, que permita exponer los valores auténticos de la tauromaquia, un arte vivo, auténtico e inconfundible, que debemos procurar que sea respetado,es una cuestión de libertad.
Siempre que vuelvo a Madrid, un sentimiento especial me invade antes de cada tarde de toros. Quizá por ello procuro subirme en el primer vagón del metro, para salir antes que nadie. Conozco de memoria las estaciones de esa línea roja. Y aunque es distinta a la que suelen cruzar los toreros delante de la mirada desafiante del toro, no deja de tener el mismo color de la sangre, de la pasión. Cuando el convoy se detiene en la parada de “Ventas”, el corazón me palpita más aprisa. Los latidos se aceleran al subir la escalinata que me devuelve la luz del día. Y también ese cielo inconfundible, de un azul profundo, coronado casi siempre de nubes grandes, de una blancura deslumbrante. Aquella imagen me resulta bella en sí misma, porque a poco que avanzo va a apareciendo, como elevada en un suntuoso pedestal, la plaza de toros, con su imponente Puerta Grande, umbral de tantos sueños toreros.
DIEGO RAMOS – Pintor

Como curiosidad y detalle imborrable de este periodo tan complejo del COVID 19, y todas la limitaciones impuestas. Tengo que resaltar el paseíllo del festival del 2 de mayo 2021. La reapertura de la plaza, después de mas de un año sin toros en Las Ventas
El 2 de mayo es el cumpleaños de mi padre, la manera de celebrarlo ha sido una buena comida y a los toros, fue muy emocionante escuchar la música, ver los alguacilillos aparecer en el portón y las cuadrillas de toreros partir plaza nuevamente. estar acompañado ese día de mis padres, mas aun cuando en la primavera del 20, exactamente un año antes,, en la primera ola pandemica ambos salvaron sus vidas, mi padre estuvo ingresado contagiado y con oxigeno en estado bastante delicado de salud por varias semanas con los pulmones tocados del famoso covid.
Asi que ese paseíllo y ese festejo nos supo a gloria, a volver a nacer a olver a vivir.
Para mas emociones , el 12 de octubre 2021, dia de la hispanidad, famosa tarde de Alcurrucen, Morante ,Lopez Simon y gines Marin . De nuevo a los toros con mis padres , para ver a nuestro admirado Artista de la puebla, que esa tarde estreno y lucio una bellísima montera elaborada en mi casa. Magnifica corrida de toros para el recuerdo.
Los pintores , buscamos motivos que nos den argumentos y emociones en todo lo que nos rodea. Así que estos momentos y experiencias vividas, nos siguen llenando el alma.
JOSE LUIS RAMÓN – Periodista

MAGIA EN LAS VENTAS
Como por todos es sabido, el 13 de octubre de 2019 se celebró en la plaza de Madrid una novillada mixta que cerraba una temporada que se había celebrado con absoluta normalidad; como nadie desconoce, el de 2 mayo de 2021 se programó en Las Ventas un festival taurino benéfico que servía de apertura a una temporada que iba a ser corta pero intensa. Entre estas dos fechas, en ese año 2020 de vacío absoluto, en España y en el resto del mundo tuvieron lugar unos terribles acontecimientos sanitarios que convulsionaron, y aún convulsionan, la vida y el normal discurrir de los habitantes del planeta Tierra.
Nadie podía imaginar aquel 13 de octubre de 2019 que ese iba a ser el último festejo en Madrid en muchos meses. Ni los adivinos del futuro ni tampoco los dueños de las bolitas mágicas, llegan a tanto.
Durante la temporada 2020 no hubo toros en Las Ventas, siendo la noticia de esos largos meses precisamente la falta de noticias: la plaza estuvo cerrada a cal y canto, y excepto una actividad menor y carente de importancia, sus legendarios y sólidos tendidos no fueron testigos de nada relacionado con el toreo. Nunca antes, excepto en los años de la Guerra Civil, había sucedido algo semejante.
En enero del 2021, cinco meses antes de la apertura de la plaza al toreo, todo empezó a cambiar lentamente: primero, ese inigualable coso taurino que había permanecido mudo durante un año completo fue noticia por las bellísimas fotografías que de la nevada Filomena tomó el artista Alfredo Arévalo, que mostraban la plaza blanca esplendorosa, con un aspecto como nunca antes habíamos visto; después, más o menos por los mismos días, Las Ventas acogió un curso de Periodismo Taurino que tenía pleno sentido por el indiscutible carácter cultural de la Tauromaquia.
Aunque personalmente prefiero que los aspectos académicos del toreo se desarrollen en las aulas de las Facultades de Periodismo y Comunicación, porque ese es el auténtico enganche del toreo con el mundo de la Universidad, hay que reconocer que llevar la enseñanza académica del toreo en sus más variados aspectos a las tripas de la propia plaza de Madrid supuso, al menos para mí, que participé como profesor tanto en los cursos de la Complutense como en el de Las Ventas, reencontrarme con un lugar mágico en el que nunca pensé que podría hablar de suertes del toreo y de revistas taurinas a alumnos de diversas edades, regidos unos y otras por el común denominador de su pasión por la fiesta de los toros.
En aquella sala Bienvenida, en enero del año 2021 la magia del toreo nació de nuevo.
ADRIAN SALENC – Torero

Por lo tanto he aprendido a estar siempre preparado para cualquier cosa que surja, es un sentimiento que se ha ido instaurando en mi interior y que sigue persistiendo hoy porque creo que es positivo, simplemente porque incrementa mucho el sentido de la responsabilidad y del compromiso con mi profesión.
He visto transformarse muchas cosas durante este periodo. Bastantes hábitos y formas malas han seguido proliferando desgraciadamente debido a la situación desesperada en ciertos momentos en las que se han encontrado muchos actores de este mundo.
Y otras tantas buenas también que se han incrementado gracias al replanteamiento de muchas cosas por parte de algunas mentes brillantes que han puesto sobre la mesa todos los fallos del sistema taurino y han intentado corregir muchas cosas sobre todo gracias a la unión que ha habido finalmente en muchos partes del sector.
La tauromaquia debe seguir siendo un espectáculo auténtico como lo ha sido siempre pero debe adaptarse y responder a las demandas de la actualidad para seguir viva. Creo que le hace falta este mundo una regeneración grande, con gente que respete los cánones y la liturgia de este mundo pero que aporte una visión nueva y progresista manteniendo las reglas básicas intactas. Creo que lo uno no está reñido con lo otro.
Hace falta apostar por la variedad en todos los sentidos en el toreo ! Tanto en ganaderías como para los toreros, hay que proponer un espectáculo diferente y nada repetitivo ni rutinario al público que acude a las plazas de toros.
Hay que dar oportunidades a los jóvenes que se lo merecen, hace falta savia nueva.
Tanto para los toreros, los ganaderos, aficionados, y empresarios. Y estoy convencido que hay que tener una atención cada vez más especial con la afición, gracias a ella, subsistimos todos y podemos seguir viviendo nuestra pasión.
Nos queda muchísimo trabajo aún. Tenemos la necesidad imperiosa de abrir más nuestro mundo a la sociedad actual. Gracias a ello, seguiremos perdurando en el tiempo y podremos seguir gozando de esta maravillosa locura que es: la fiesta de los toros.
IGNACIO SANCHEZ CAMARA – Catedrático y Escritor

LOS TOROS EN CUARENTENA
En 1948 dictó Ortega y Gasset en Madrid un curso público sobre el historiador inglés Arnold J. Toynbee, que constituyó un acontecimiento social. En la lección VII se vio obligado a salir al paso de la insolencia de un periodista que intentó denigrar el curso publicando que asistían toreros. Se trataba de Domingo Ortega, maestro de la tauromaquia y amigodel filósofo. Decía Ortega y Gasset que estas sabandijas periodísticas no saben lo que son las Humanidades ni lo que es un torero.
Las corridas de toros no sólo son una realidad de primer orden en España, sino que además sin ellas no es posible hacer la historia de nuestra Nación desde 1650 a nuestros días Más adelante afirmaba que la historia de las corridas es un paradigma científico para la evolución histórica de todas las artes. Valga este recuerdo como síntoma elocuente de la ignorancia antitaurina y de la endeblez de sus argumentos tópicos y falaces en contra de la Fiesta.
La pandemia ha trastocado muchas cosas, sobre todo para los que olvidan que la vida humana es frágil y precaria. Las corridas han sufrido también el virus y la cuarentena. Pero las realidades que verdaderamente lo son suelen salir de las crisis y dificultades con mayor vigor y salud.
Así, las corridas de toros. Algunos pensaron que acaso no podrían sobrevivir a esta desventura y que se precipitaría su final. No ha sido así. Ya lo sabemos.
Teníamos la experiencia de la posguerra en la que las ganaderías habían sido esquilmadas por la atroz contienda y se había reducido tanto el número de las reses como su tamaño y bravura. Sabemos lo que sucedió, y la tauromaquia vivió una nueva edad de oro.
Mas los obstinados antitaurinos no cejan en su campaña. Y vuelven los argumentos ecologistas y animalistas con su monserga de los derechos de los animales. Acaso no sepan que, sin las corridas, el toro bravo habría desaparecido. Parece mentira que todavía haya que recurrir al argumento del arte (Picasso, Goya,…) y a la categoría intelectual de tantos aficionados. Sin duda, es un espectáculo duro y cruento, pero en ninguno como en él vive el hombre entre la vida y la muerte. No poco de moral se puede aprender del toreo, una moral heroica nutrida de esfuerzo y riesgo. Y pretenden que, como la caza, el toreo sea de derechas. Nunca fue ni de derechas ni de izquierdas, sino, durante siglos, la primera afición de los españoles de todas las ideologías
La cuarentena no ha hecho mella. Al contrario, la Fiesta sale más fuerte de la convalecencia, felizmente vertebrada y en pie.
JOSÉ MIGUEL SÁNCHEZ VIGIL – Catedrático y Fotógrafo

La fotografía taurina tiene mil aristas, porque más allá de lo meramente informativo, casi siempre vinculado a la lidia, es decir a lo que sucede en el ruedo mientras se desarrolla el espectáculo, se dispersa en todo cuanto sucede en un contexto que aún resulta muy desconocido para gran parte de la sociedad. Es por ello que siempre he buscado y sigo buscando en las imágenes de la tauromaquia los detalles que suponen brotes, golpes de vista, impactos capaces de despertar sentimientos, y que pueden estar en la sombra, en la mirada, en el reflejo, en el movimiento, en el gesto, en el rayo de luz del burladero, o en la simple abstracción de la cruz trazada sobre el albero.
En el tiempo muerto de la pandemia, alejado de la tauromaquia por la obligación, la devoción ha seguido teniendo espacio en la mente inquieta. La imaginación, siempre libre, me ha devuelto las escenas impresas en los libros, también las guardadas en carpetas digitales o en las copias de papel escondidas en armarios y cajones.
tauromaquia, pero aún faltan por hacer siempre faltarán- millones de fotografías de su infinito caleidoscopio. La fotografía taurina tiene una particular idiosincrasia, la de generar belleza, y en esa belleza germinan nuestras miradas.Es, como siempre dije: “el arte a través del arte”.
Los paréntesis, este paréntesis interminable y aciago, medido en horas de incertidumbre, me ha hecho entender que los tiempos jamás vuelven, y que hemos de mirar al futuro. Mirar es una obligación del fotógrafo y saber mirar es lo que le hace grande. El presente no existe, porque se agota en sí mismo a cada instante. Cada disparo, cada imagen captada, es pasado en el momento en que se forma.
Tengo en la cabeza los miles de detalles que surgieron a borbotones en torno a la belleza de la tauromaquia, pero aún faltan por hacer siempre faltarán- millones de fotografías de su infinito caleidoscopio.
ENRIQUE VERA – Sastre

Empezaba el mes de marzo del 2019 y gran parte del trabajo estaba listo para las fallas de Valencia, la feria de abril de Sevilla y San Isidro en Madrid donde esperaba salir junto a los sueños que van con los trajes y capotes de paseo. Se apago la luz. De repente todo el esfuerzo, la inversión económica y sentimental se esfuman. Pasan un montón de pensamientos por la mente en los que te ves hundido. Pero hay una fuerza interior que te impulsa para luchar.
Decidimos aprovechar la infame racha. Es tiempo de corregir errores, hacer y deshacer prendas para subsanar fallos. Trabajar en la sombra para volver más preparado y capaz. Ha sido un tiempo de mucho sacrificio esperando que la vida te permita vivir de tu profesión. Años duros en los que buscas sobrevivir para poder hacer lo que amas. Ahora empieza a recuperarse la normalidad y llega un tiempo de ilusión que te permita afrontar las deudas con los bancos que generan dos años de inactividad. Siempre con ilusión, con torerIa. Es una profesión en la que aprendes a levantarte muchas veces. Las que sean necesarias. Me acorde de muchos banderilleros y picadores que lo estarían pasando mal.
De matadores que veían aplazadas su ilusiones de triunfo. De ganaderos que tendrían que vender a precio de saldo las carnes de animales criados para algo más grande.
Somos un sector desprotegido por los políticos pero con tanta raza que sin ayudas salimos adelante porque nos mueve la pasión y el amor a una filosofía de vida y eso tiene un poder infinito. Me gustaría sugerir que se abaratará los impuestos para las novilladas para que las nuevas generaciones lleguen más preparados para la alternativa.
ALFONSO SANTIAGO – Periodista

No pensaba entonces, después de vivir páginas de gran recuerdo en ese ruedo durante todo el año, y al repetir la tradicional escena de despedida de una temporada más, que la plaza que tanto queremos iba a permanecer cerrada a cal y canto al año siguiente.
La maldita pandemia se llevó por delante a muchas personas, también aniquiló ilusiones y proyectos, y la sensación experimentada como aficionado fue de una rareza extrema.
Recuerdo que, a las siete de la tarde de cada uno de los días de mayo de 2020, mi mente se transportaba para imaginar —y añorar—que justo en ese instante debía de comenzar la corrida.
Cuando en 2021 pudimos volver a Las Ventas, algo nuevo renació en nosotros. En ese tiempo de espera, hasta que sonaron clarines y timbales en Madrid, no nos quedó más remedio que la de vivir la Fiesta únicamente en el recuerdo, pero no por ello con menos intensidad. Pensé que la ausencia de toros en Las Ventas, y mientras aguardábamos el retorno, nos iba a dar más fuerza para demostrarnos a nosotros mismos que formar parte del toreo también es sentirse participe de una forma de entender la vida maravillosa- mente profunda y diferente.
Ese sentimiento nos tiene que hacer sentirnos fuertes a la hora de encarar el futuro. No podemos seguir pidiendo perdón por sentir el toreo, por amar al toro, por creer que los toreros son héroes.
Ha llegado la hora de movilizarnos, de ser activistas, de entender que quienes nos señalan con el único argumento de no dejarnos disfrutar de nuestra libertad, son los que deberían de sentirse orillados al no saber respetar un derecho fundamental.
El toreo tiene mucho de grandeza, la misma que durante noventa años llevan demostrando tantos hombres en el ruedo de Las Ventas.
Que lo sepa todo el mundo.
SERGIO SERRANO – Torero

Si bien es verdad al principio no podía explicarme como después de muchos años de espera y a días de verme anunciado en una gran feria como la de Arles, en el que debía ser un inicio de temporada muy espe-
ranzador para mí, todo se fueraal traste. ¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora? Pueden ser que fueran las dos preguntas que más rondaban en mi cabeza los primeros días, después te das centa del alcance que está tomando todo y empiezas a preocuparte no por tu situación sino por la de tus seres queridos.
Aun así me siento muy afortunado, en estos momentos tan difíciles para la tauromaquia me dio tiempo a seguir creciendo en el campo y quizá desapareció esa gran presión de cambiar tu situación lo antes posible. Aprendí a saborear el ahora y ver que debido a la situación tan complicada que sufrían las ganaderías la preparación en el campo se volvió intensa pero sin tener la mente puesta en ninguna fecha, se toreaba para crecer y disfrutar cada momento sin saber qué ocurriría mañana.
El mundo se paralizaba a nuestro alrededor pero tener la vía de escape del campo me ayudó mucho. Las conversaciones en esos días sumado al privilegio de estar en contacto con los animales y todo lo que nos llegaba a través de los medios de comunicación te enseñaban que debía seguir dando las gracias todos y cada uno de los días.
Finalmente la temporada 2020 que prometía ser muy bonita para mí lo fue, pero vista desde una nueva forma de apreciar las cosas.
Creo que la tauromaquia está experimentado una prueba más de fuego y de la que saldrá victoriosa, ningún sector sería capaz de aguantar todo lo que viene soportando la tauromaquia durante décadas, sumando a ser uno de los grandes damnificados de esta pandemia. Hemos sido los grandes olvidados e incluso se ha utilizado esta situación para intentar acabar con nosotros, pero nuevamente la Tauromaquia ha seguido dando ejemplo de su capacidad de venirse arriba tal y como su principal protagonista, EL TORO.
Creo que es imprescindible que los parámetros fundamentales de la tauromaquia no se cambien dentro de la evolución que podamos sufrir y para eso también necesitamos un esfuerzo por parte de todos sus integrantes.
Si me tuviera que quedar con un instante de este periodo, sin duda seria el día que los toros volvieron a LAS VENTAS, tener el gran privilegio de formar parte de ese día es algo tan bonito como responsabilizador. El momento de entrar ala plaza y asomarme para ver los tendidos fue sin duda algo que quedará grabado en mí para siempre.
José María SOTOMAYOR – Documentalista Escritor Fotógrafo

En la primera de las dos campañas, la de 2020, hubo un descenso alarmante en el número de festejos celebrados. En la siguiente se recuperaron muchos, pero ferias muy importantes no se pudieron celebrar. Estos son hechos reseñables que deberían condicionar un titular: las temporadas de la pandemia. Intento siempre ser optimista y por eso mi encabezamiento, y el recuerdo que me ha quedado como aficionado, es este otro: Las temporadas de Morante de la Puebla.
Creo que aún ha pasado poco tiempo,al menos desde un punto de vista histórico, para analizar las transformaciones que ha sufrido la tauromaquia en estos dos años. Sí me preocupa, y mucho, el porvenir de las ganaderías. Para todos los profesionales han sido dos campañas de ingresos menores o nulos, pero los ganaderos y rejoneadores han tenido además que mantener a sus animales. Desconozco si todos han podido sobrevivir, conozco algunas vacadas que no lo han hecho y de ahí que apunte que pudieran desaparecer algunas ganaderías o encastes, todos ellos fundamentales. Si no se puede mantener la diversidad de estos últimos puede suponer una transformación de la tauromaquia, al menos de su elemento fundamental.
Quizás fue necesario organizar los festejos de dos toreros y cuatro reses, pero esto debe olvidarse. A lo largo de este periodo se ha vuelto a escuchar que hay que hacer cambios en la corrida. Me preocupa que se aproveche esta situación anómala económica para alterar la liturgia y el rito del toreo.
La corrida es como es, los trebejos son como son, y el número de actores es el que es. Estoy de acuerdo con algunas adecuaciones. Pero si se endulza el espectáculo para que acuda más gente puede que no consigan retenerla. Será algo pasajero. La corrida es como es, lo repito. Si una parte de ella, por mal ejecutada, disgusta, habrá que enseñar al que no sabe o no contratarle.
Nos piden que apuntemos ideas que puedan contribuir a mejorar la tauromaquia en un futuro. No voy a improvisar ninguna, ni siquiera la voy a concretar. Cuantas veces me han hecho esta pregunta he respondido igual. No hay nada que mejorar, quizás sí que adecuar unas pocas cosas a nuestro tiempo. Lo que si debe hacer es, simplemente, volver a lidiar en el amplio concepto en el que se fundamenta la tauromaquia. Si se realiza una lidia completa, por parte de todos los participantes, desde que el toro salta a la arena, habremos mejorado la corrida o, lo que es lo mismo, la tauromaquia. He anotado más arriba que para mí estas dos temporadas tienen un nombre propio y una infinidad de emociones que me ha proporcionado su forma de torear, sin olvidarme de la importancia de todos los demás. Pero hay algo más sensible para mí. Recuerdo la tarde de la Feria de Otoño de Madrid en la que se celebró una novillada sin picadores. Y hago un inciso para apuntar que este tipo de festejos, el semillero, ha incrementado el número de los celebrados y eso es una noticia de futuro. Volviendo a la tarde mencionada, recuerdo que cuando bajaba hacia la plaza notaba un ambiente diferente y que, en aquel momento, no acertaba a definir. Ya en la explanada contemplé un número inusitado de jóvenes, inundando de regocijo el ambiente. Pensé que me había equivocado de lugar y de espectáculo, me sentí extraño, pero con una infinita alegría. Luego, dentro del coso, viendo tantos jóvenes, aficionados o no, muchos sí lo serán, pero allí sentados siguiendo el curso de la novillada pensé que por ellos, por el futuro, merece hacer las cosas bien.
DIEGO URDIALES – Torero

Mi sentimiento con respecto a la pandemia ha sido de frustración y tristeza en muchos momentos por la pérdida de contratos y la incertidumbre que genera no saber cuándo vas a torear. También ver cómo los ganaderos llevaban camadas enteras al matadero era muy triste. Pero a su vez ha sido una enseñanza de vida.,para valorar más las cosas que uno tiene. y aprovechar bien él tiempo por que nunca se sabe lo que puede pasar.
Los aspectos que he visto mejorados han sido la promoción de novilladas para dar oportunidades a los chavales que empiezan. También he visto mucha gente joven en los toros a la vuelta de la pandemia. Eso me parece muy positivo.
La idea que se me ocurre para contribuir a la fiesta son muchas. Pero a voz de pronto, estaría bien que los medios de comunicación dieran cobertura a la Tauromaquia y tenerla secuestrada como la tienen. También la unión de todos los estamentos del Toreo en pro de la fiesta, la unión hace la fuerza.
Ha habido muchos detalles de sensibilidad en este tiempo por parte de la Tauromaquia, pero me quedo con la emoción que hemos sentido en esos minutos de silencio después de muchos paseillos por todas las víctimas de esta cruel pandemia.
UCEDA LEAL – Torero

TRANSFORMACION: La transformación de volver a lo antiguo, a lo de siempre, hacer las cosas para ilusionar a la gente. Cuando consigues mover, conmover, llenar… el alma de las personas todo se transforma.
DETALLE: Volvía a Madrid, “Las Ventas” después de haber vivido una de las tardes más bonitas de mi vida. Llegaba a ese San Isidro, además el día del patrón, 15 de mayo, con una enorme responsabilidad. Cuando acabó el paseíllo ver y sentir a toda la plaza
puesta en pie pidiéndome que saludara fue una de las sensaciones más bonitas que he tenido nunca.
JUAN JOSÉ URQUIA – Veterinario

Por mi condición de Veterinario de la plaza de toros de Las Ventas, he tenido y tengo la suerte de tener muy cerca por momentos al toro de lidia, y por tanto admirar, no ya solo su belleza, sino también, su fortaleza, su bravura, su envergadura y hasta su armónica desproporción. ¡Bendito animal! Ufff…. Qué difícil de describir…
Y es que es en ese preciso momento, en ese día que eliges para presenciar un reconocimiento tranquilamente tras el vWallado del corral de reconocimiento, es cuando tiene lugar la magia, un instante en el que sientes que se para el tiempo. ¿Miedo? Para nada. ¿Respeto y admiración? Toda la del mundo. La situación se resume en tener la suerte de disfrutar durante unos segundos de tener un “vis a vis” con esta belleza de la naturaleza. ¡¡¡Menudo encuentro!!!
Lo tienes a menos de dos palmos. Sientes surespiración agitada y jadeante, y el corazónse te acelera descontroladamente. Te sabes seguro tras el muro de protección, pero por la dimensión y tamaño del ejemplar,desmedidamente vulnerable, y solo esasensación te agita el pecho. Su mirada se clava en ti firmemente, queriendo atrapar en ella esa figura humana que muy pocas veces en su vida ha visto tan de cerca; te valora, te analiza, te escudriña sin saber si eres peligro o no, pero en todo caso, siempre con sobrada confianza en su poderosa estampa. Su bufido impone su presencia mientras apoya la papada en el madero con intención de alcanzarte, a muy corta distancia, tan corta que su resoplido te humedece la cara. Codicia pura.Esta imagen, la guardas en el recuerdo archivada para siempre. Poco a poco, ya pasado el instante del encuentro, se te pasan por la cabeza de forma embarullada, palabras con las que describir la situación: fiereza, fuerza, orgullo, bravura, pasión, naturaleza, belleza, arte, cultura, historia…, e inevitablemente pones en orden todas las sensaciones percibidas y las contrapones con todo el conocimiento adquirido durante tantos años de trabajo, directo o indirecto, con y para el toro, y finalmente obtienes la confirmación de lo que al principio presumías, luego conociste y ahora defiendes, y que es, el TORO BRAVO, que es un regalo de la naturaleza, cuya pervivencia, mejora y evolución tiene un único responsable, cual es el de su criador, el GANADERO, a quien gracias a su dedicación y esfuerzo, con su labor callada y pocas veces valorada, debemos, de un lado, la conservación de la pureza de la raza y de sus distintos encastes, manteniendo su diversidad y riqueza genética, y consecuente- mente con ello, de otro, la conservación de la dehesa, que incuestionablemente contribuye al mantenimiento de la biodiversidad de la flora y de la fauna.
Por todo ello, y por la implicación tanto personal como profesional que tengo la suerte de mantener con el mundo taurino, con este detalle de emoción y belleza que comparto, me ratifico en que el toro bravo es uno de los animales más bellos de la naturaleza, un tótem de nuestra cultura y fuente de arte, emoción, belleza y cultura.
Gracias por compartir detalles